4. El alma desplazada
Existen almas que han sido
dañadas tan gravemente que se desvían del camino del resto de las almas hacia
su base espiritual. El número de las almas anormales es bajo, comparadas con
las que siguen la trayectoria correcta. Sin embargo, lo que les ha ocurrido en
la Tierra es muy importante por el grave efecto que ejercen sobre el resto de
las almas reencarnadas.
Hay dos tipos de almas
desplazadas. las que no aceptan el hecho de que su cuerpo físico ha muerto y se
niegan a volver al mundo espiritual por causa de esta aflicción y las que han
sido trastornadas por alguna anormalidad criminal en un cuerpo humano o han
tenido algún tipo de complicidad con estas anormalidades. En el primer caso el
desplazamiento del alma es una decisión propia mientras que en el segundo, los
guías espirituales apartan estas almas del contacto con otras entidades por un
período indeterminado de tiempo. En ambos casos los guías de estas almas están
especialmente preocupados por su rehabilitación. Puesto que las circunstancias
son muy diferentes en ambos tipos de almas, las trataré por separado.
El primer tipo de almas se
conoce como fantasmas. Estos espíritus se niegan a volver a casa después de la
muerte física y frecuentemente tienen influencias desagradables sobre los que
queremos terminar nuestras vidas felizmente. Estas almas desplazadas a veces
son denominadas erróneamente «espíritus malignos» porque se les acusa de
invadir las mentes de las personas con malas intenciones. Este tema de los
espíritus negativos ha producido investigaciones importantes en el campo de la
parasicología. Pero desafortunadamente también ha atraído a elementos sin
escrúpulos que, asociados con el ocultismo, se ceban en las emociones de las
personas susceptibles.
Un espíritu perturbado es
una entidad inmadura que ha dejado asuntos pendientes en la Tierra. Pueden no
tener ninguna relación con la persona a la que atrae. Es verdad que hay
personas que son conductos especialmente convenientes o receptivos para los
espíritus negativos que desean expresar su naturaleza quejumbrosa. Esto
significa que alguien en un profundo estado de meditación consciente puede
ocasionalmente recibir señales desagradables de un ser sin cuerpo físico cuyas
comunicaciones pueden ir desde lo frívolo hasta lo provocativo. Estas entidades
sin reposo no son guías espirituales. Los verdaderos guías nos ayudan, no nos
invaden con mensajes mordaces.
La mayoría de las veces
estos espíritus poco comunes están sometidos a un lugar geográfico concreto.
Los investigadores especializados en fenómenos de fantasmas indican que estas
entidades perturbadas están atrapadas en tierra de nadie, entre los planos
astrales más bajos de la Tierra y el mundo de las almas. Por mis propias
investigaciones he descubierto que no es posible que estas almas estén perdidas
en el espacio, ni que sean malignas. Han elegido permanecer en el plano de la
Tierra después de su muerte física debido a un alto nivel de descontento. En mi
opinión son almas dañadas por una evidente confusión, pena o incluso
hostilidad, que llega hasta tal punto que quieren alejar a sus guías de ellos.
Sabemos que se puede llegar hasta una entidad negativa y desplazada y ayudarla
por varias vías, por ejemplo el exorcismo, hasta conseguir que no interfieran
más con el mundo humano. A los espíritus que poseen a personas se les puede
convencer de que abandonen estos cuerpos y finalmente vuelvan al mundo e los
espíritus.
Si el mundo espiritual está
gobernado por el orden, si los guías se preocupan de nosotros, ¿por qué se permite
la existencia de almas mal adaptadas que ejercen una influencia negativa sobre
las almas reencarnadas? Una explicación posible es que tenemos libertad incluso
después de la muerte. Otra es que puesto que soportamos tantos trastornos en
nuestro universo físico, las irregularidades y las desviaciones espirituales
del camino normal de las almas deben también estar preconcebidas. Los espíritus
descarnados e infelices aprisionados en la Tierra son posiblemente parte de
esta suprema concepción. Cuando estén preparadas, estas almas serán conducidas
del plano astral de la Tierra hasta su lugar particular en el mundo espiritual.
Ahora paso al segundo tipo,
mucho más común, de almas perturbadas. Estas son almas que han estado
involucradas en actos malignos. Pero primero deberíamos plantearnos si el alma
es culpable o no de dichos actos cuando ocupa el cuerpo regido por una mente
criminal ofensora. ¿Es responsable la mente, el alma o el ego del hombre, o
bien todos a la vez? Alguna vez un cliente me dijo. «Me siento poseído por una
fuerza interior que me empuja a hacer cosas malas.» Hay personas con
enfermedades mentales que se sienten empujadas por fuerzas opuestas del bien y
el mal sobre las que creen no tener ningún control.
Después de trabajar durante
años con la mente superconsciente en estado de hipnosis, he llegado a la
conclusión de que los cinco sentidos del ser humano pueden influir
negativamente en la psique del alma. Nosotros expresamos nuestro yo eterno por
encima de necesidades biológicas dominantes y de presiones de estímulos
ambientales, que para el alma reencarnada son sólo temporales. Aunque no exista
un yo siniestro y escondido dentro de nosotros, algunas almas no están
completamente adaptadas. Las personas que no están en armonía con su cuerpo se sienten
desplazadas de él durante toda su vida.
Esta situación no es una
excusa para que las almas no hagan lo que puedan para evitar el mal en la
Tierra. Esto se muestra en la consciencia humana. Es importante que distingamos
entre lo que ejerce una influencia negativa en nuestra mente y lo que no. Oír
una voz dentro de nosotros que nos impulse a destruirnos a nosotros mismos o a
otro individuo no se debe atribuir a un ser demoníaco, a una presencia extraña
o a un guía renegado y malvado. Las fuerzas negativas emanan de nosotros
mismos.
Los impulsos destructores
de desórdenes emocionales, si no se tratan, pueden impedir el desarrollo del
alma. Aquellos que hemos experimentado un trauma personal no resuelto en
nuestras vidas llevamos la semilla de la destrucción en nosotros mismos. Esta
angustia afecta a nuestra alma de tal manera que parece que no estamos
completos. Por ejemplo, una conducta caprichosa y adictiva en exceso, que es el
resultado del dolor personal, inhibe la expresión de un alma sana y puede
incluso atraparla dentro del cuerpo que la alberga.
¿Puede el aumento de la
violencia en la actualidad deberse a que el número de las almas que «van mal»
ha aumentado del pasado al presente? Si no tuviéramos otra solución, la
superpoblación actual y la cultura drogodependiente y alteradora de la mente en
la que vivimos podría apoyar este razonamiento. Pero por otro lado el nivel
internacional de concienciación sobre el sufrimiento en la Tierra parece estar
en aumento.
Me han dicho que en cada
época de la sangrienta historia de la Tierra ha habido un número de almas
incapaces de resistirse y enfrentarse a la crueldad humana. Existen ciertas
almas, las de aquellos cuerpos que tienen una disposición genética que favorece
las anormalidades de la mente, que corren un riesgo especial en un ambiente
violento. Vemos cómo los niños pueden resultar tan dañados por el abuso físico
y emocional de su familia que, al hacerse adultos, cometan atrocidades
premeditadamente y sin sentir ningún remordimiento. Ya que las almas no son
creadas perfectas, su naturaleza se puede contaminar durante el desarrollo de
una forma de vida como esa.
Si las transgresiones del
alma son especialmente graves las denominamos demoníacas. Mis clientes me dicen
que ningún alma es maligna por naturaleza, aunque puede adquirir esta
característica en el desarrollo de una vida humana. El mal patológico en los
humanos se caracteriza por sentimientos de impotencia personal y debilidad y se
estimula a través de víctimas impotentes. Aunque las almas que están
involucradas en actos verdaderamente malignos deben considerarse en general
poco desarrolladas, la inmadurez del alma no invita automáticamente a la
conducta malévola si se encuentra albergada dentro de una personalidad humana
dañada. La evolución de las almas supone una transición de la imperfección a la
perfección, que se realiza superando muchas labores difíciles dentro de
distintos cuerpo humanos. Las almas pueden también tener una cierta
predisposición a elegir ambientes en lo que sistemáticamente no funcionan bien
o en los que resultan dañadas. Así su identidad resulta poco a poco trastornada
por elecciones vitales poco acertadas. No obstante a todas las almas se les
exigen responsabilidades por su conducta en los cuerpos que ocupan.
En el próximo capítulo
veremos que las almas reciben de sus guías un resumen inicial de la vida
anterior antes de unirse a sus amigos. Pero, ¿qué ocurre con las almas que han
causado un sufrimiento extremo a otra a través de sus cuerpos? Si un alma no es
capaz de mejorar los instintos más violentos del cuerpo humano que ocupa, ¿cómo
se le puede hacer responsable de ello en la vida del más allá? Este tema
introduce la cuestión del cielo o el infierno como premio o castigo, puesto que
la responsabilidad sobre nuestros actos ha sido siempre una parte importante de
nuestras tradiciones religiosas.
En la pared de mi despacho
está colgada una antigua pintura egipcia. «La escena del juicio» tal y como se
aparece en el Libro de los muertos, un manual del ritual mitológico de la
muerte con una antigüedad de 7.000 años. Los antiguos egipcios estaban
obsesionados con la muerte y el mundo del más allá porque en su panteón cósmico
la muerte justificaba la vida. La pintura muestra un hombre que acaba de
fallecer y que llega a un lugar situado entre el mundo de los vivos y el de los
muertos. Allí de pie entre los dos platos de una balanza espera a ser juzgado
por sus acciones en la Tierra. El maestro de ceremonias, el dios Anubis, pesa
cuidadosamente el corazón del hombre contra la pluma de un avestruz, símbolo de
la verdad. Es el corazón y no la cabeza el que representa la conciencia-alma de
una persona para los egipcios. Es un momento de tensión. Un monstruo con cabeza
de cocodrilo espera con la boca abierta, preparado para devorar el corazón del
hombre si el mal pesa más que el bien. Si la prueba de la balanza falla supone
el final de la existencia del alma.
Mis clientes hacen muchos
comentarios de esta pintura. Una persona con orientación metafísica insistía en
que no se le niega a nadie la entrada en la otra vida. no importa el resultado
del peso de la vida pasada en la balanza. ¿Es esto cierto? ¿Se les da a tordas
las almas la oportunidad de volver al mundo de los espíritus de la misma
manera, sin asociarlas con los cuerpos que han ocupado?
Para responder a esta
pregunta, debo decir que una gran parte de la sociedad cree que no todas las
almas van al mismo lugar. La teología de hoy, más moderada, ya no predica la
idea del fuego eterno para los pecadores. No obstante, muchas sectas religiosas
indican la coexistencia espiritual de los dos estados mentales del bien y el
mal. Para las almas «malas» existen teorías de antiguas filosofías que
describen la separación del Dios-Esencia como método de castigo después de la
muerte.
El Libro de los muertos
tibetano, fuente de creencias religiosas miles de años antes que La Biblia,
describe el estado de consciencia entre las distintas vidas o «Bardo» como el
momento en el que «el mal que hemos hecho nos empuja a la separación
espiritual.» Si los orientales creían en un lugar especial donde estaban
relegadas las almas malas, ¿es esta idea similar a la idea del purgatorio de
los occidentales?
Desde sus comienzos, la
doctrina cristiana ha definido el purgatorio como un estado transitorio de
destierro causado por los pequeños pecados cometidos contra la humanidad. El
purgatorio cristiano se entiende como un lugar de sufrimiento, soledad y
expiación. Cuando hayan eliminado todo el karma negativo, se les permitirá a
estas almas la entrada en el cielo. Por el contrario, las almas que hayan
cometido pecados graves – mortales - son condenadas al infierno para siempre.
¿Existe el infierno para
separar permanentemente las almas buenas de las malas? Todas mis
investigaciones con las almas de mis clientes me han convencido de que no
existe tal lugar de sufrimiento, con excepción de la Tierra misma. Me dicen que
todas las almas van al mundo de los espíritus después de la muerte y que cada
una es tratada con amor y paciencia.
Me han enseñado que algunas
almas sufren una cierta separación en el más allá y esto ocurre en el momento
de la orientación con sus guías. Estas almas no siguen la misma ruta que las
demás. Los individuos que han sufrido obstrucciones por causa del mal me dicen
que las almas cuya influencia era demasiado débil para apartar el impulso
humano de causar daño a otras son sometidas a una especie de reclusión cuando
regresan al mundo espiritual. Estas almas no parecen mezclarse normalmente con
otras entidades hasta pasado un tiempo.
También
me he dado cuenta de que las almas principiantes que se asocian con frecuencia
a comportamientos humanos negativos en la primera serie de vidas deben pasar
por el aislamiento espiritual. Al final se les coloca junto con otras en un
grupo para favorecer el aprendizaje bajo estricta supervisión. Esto no es un
castigo sino más bien una especie de purgatorio para mejorar la concienciación
de estas almas.
Puesto que el mal tiene
tantas formas en la Tierra, la enseñanza espiritual y el tipo de aislamiento
que se utiliza para estas almas varía. La naturaleza de estas variaciones
aparentemente se evalúa durante la orientación con el guía después de cada
vida. El tiempo de aislamiento y readoctrinamiento tampoco es siempre igual.
Por ejemplo, he tenido casos de espíritus que no se han adaptado bien a sus
cuerpos y han vuelto a la Tierra directamente después del período de reclusión
para purgar sus faltas en una buena reencarnación. El caso 10 es un ejemplo de
un alma que conoció a uno de estos espíritus.
e
Caso 10 f
NIÚTON. ¿Son
las almas responsables de su actuación en cuerpos humanos que hacen daño a
otros durante su vida?
SUJETO. Sí.
Aquellos que han cometido atrocidades contra otros. Yo una vez conocí una de
esas almas.
NIÚTON. ¿Qué
sabes sobre ella? ¿Qué le ocurrió cuando volvió al mundo de los espíritus
después de esa vida?
SUJETO. Él.
había hecho daño a una chica. mucho daño. y no se reunió con nuestro grupo.
Hubo una gran reunión privada con él por su mal comportamiento en aquel cuerpo.
NIÚTON.
¿Cuál fue su castigo?
SUJETO. No
fue. un castigo. sino una regeneración. Es algo que decide tu profesor. Los
profesores suelen ser más estrictos con aquellos que han sido crueles.
NIÚTON. ¿Qué
quiere decir «más estrictos» en el mundo espiritual?
SUJETO. Bueno,
mi amigo no regresó con nosotros. sus amigos. después de la vida tan triste que
llevó en la que hizo daño a esa chica.
NIÚTON.
¿Hizo el mismo camino que tú cuando murió?
SUJETO. Sí,
pero no se encontró con nadie. Fue directamente a otro lugar donde se tenía que
reunir solo con su profesor.
NIÚTON. ¿Y
qué ocurrió con él?
SUJETO. Después
de un tiempo. no mucho. volvió a la Tierra al cuerpo de una mujer. con la que
la gente era cruel. abusaban de ella. Fue una elección deliberada. mi amigo
necesitaba experimentar esa sensación.
NIÚTON. ¿Crees
que esta alma culpaba a la mente humana de su último cuerpo por haber hecho
daño a esa chica?
SUJETO. No,
asumió lo que había hecho. Culpó a su propia falta de capacidad para superar
los fallos humanos. Pidió reencarnarse en una mujer de la que se ahusaba para
poder comprender mejor. para apreciar el daño que había hecho a esa chica.
NIÚTON. Si
este amigo tuyo no llegara a comprender y continuara involucrándose con humanos
que cometieran actos malos, ¿podría su alma ser destruida por alguien en el
mundo espiritual?
SUJETO. (Pausa
larga). No se puede destruir la energía. pero puede ser remodelada. la
negatividad que no se puede eliminar. puede ser reajustada. en muchas vidas.
NIÚTON.
¿Cómo?
SUJETO.
(Vagamente). no destruyéndola, sino remodelándola.
El
sujeto del caso 10 no respondió a más preguntas sobre este tema y otros
clientes que también sabían algo sobre ello fueron también muy parcos en la
información Después descubriremos un poco más sobre la formación y la remodelación
de la energía inteligente.
La mayoría de las almas
descarriadas son capaces de resolver sus propios problemas de contaminación. El
precio que pagamos por nuestras equivocaciones y el premio por nuestros
aciertos se centra en el karma. Los que hagan daño a otros purgarán su pena
reencarnándose en víctimas del delito que cometieron en un círculo kármico de
justicia. El Bhagavad Gita, otro antiguo escrito oriental que ha soportado la
prueba de miles de años, dice. «las almas con influencia maligna deben redimir
su virtud»
Ningún estudio de la vida
después de la muerte tendría sentido si no tratara el tema del karma como
causalidad y justicia para las almas. El karma por sí mismo no supone actos
malos o buenos. Es más bien el resultado de los actos negativos o positivos de
la vida de una persona. El dicho «No hay nada accidental en nuestras vidas» no
significa que el karma actúe por sí mismo. Lo que hace es obligarnos a avanzar
enseñándonos. Nuestro destino futuro está influenciado por un pasado del que no
podemos escapar, especialmente cuando hacemos daño a otros.
La clave para el desarrollo
del alma es que comprendamos que tenemos la capacidad de hacer correcciones en
nuestra vida y que tengamos el coraje de hacerlas cuando la vida que estamos
llevando no funciona. Si vencemos el miedo y nos arriesgamos, nuestra pauta
kármica se reajusta para adaptarse a los nuevos cambios. Al final de cada vida,
más que enfrentarnos a un monstruo que devora nuestras almas nos enfrentamos a
nuestra propia crítica severa con nuestros profesores-guías. Por eso el karma
es justo y misericordioso. Somos nosotros los que decidimos el tipo de justicia
que merecemos por nuestros actos con la ayuda de nuestros guías espirituales y
nuestros compañeros.
Algunas de las personas que
creen en la reencarnación son de la opinión de que si las almas negativas no
aprenden en un plazo de tiempo razonable son eliminadas y sustituidas por otras
con mejor predisposición. Mis clientes han negado esta opinión.
No hay un camino prefijado
que sigan las almas para descubrirse a sí mismas. En palabras de uno de mis
clientes. «Las almas son enviadas a la Tierra durante toda la guerra». Esto
significa que a las almas se les da la oportunidad para realizar los cambios
necesarios en su desarrollo. Las que siguen mostrando actitudes negativas a lo
largo de su vida en un cuerpo deben superar esas dificultades haciendo un
esfuerzo continuo para cambiar. Por lo que yo he visto, ningún karma negativo
permanece en un alma que está dispuesta a esforzarse durante sus vidas en este
planeta.
¿Debe
responsabilizarse al alma de los actos irracionales, destructivos y
antisociales de la humanidad? Ésta es una pregunta todavía sin respuesta. Las
almas, deben aprender a tratar con cada nuevo cuerpo que se les asigna de
maneras diferentes. La identidad permanente del alma marca a la mente humana
con un carácter propio exclusivamente de ese alma. Sin embargo, hay una doble
naturaleza en la mente del alma y el cerebro humano. Ampliaremos este concepto
en capítulos posteriores, una vez que el lector tenga más información sobre la
existencia de las almas en el mundo espiritual.